La carboxiterapia es un procedimiento médico, muy poco invasivo y con mínimos riesgos y complicaciones, que consiste en administrar subcutáneamente el gas medicinal CO2 con fines terapéuticos.
A través de una mínima punción, el gas difunde por debajo de la piel de alrededor produciendo un aumento de la microcirculación y del flujo sanguíneo favoreciendo el aporte de nutrientes y el drenaje de los tejidos. Además, estimula la producción y reorganización de fibras de colágeno y elastina dando una mayor tonicidad y turgencia a los tejidos. Los primeros resultados se observan de inmediato, la calidad del tejido mejora, la piel se vuelve más lisa y tersa.
La ventaja de esta nueva carboxiterapia es que calienta el gas antes de ser introducido y la presión de entrada se regula de forma creciente lo que reduce al mínimo las molestias que con otros aparatos producía esta técnica.
En medicina estética tiene múltiples y variadas indicaciones:
– A nivel corporal reduce las adiposidades localizadas, las fibrosis y adherencias pre y post-liposucción, las celulitis, la flacidez y las estrías.
– A nivel facial se utiliza con buenos resultados en caso de ojeras oscuras y bolsas, tensa los párpados, mejora escote y cuello, disminuye el doble mentón y el rejuvenecimiento en general reduciendo las arrugas finas y mejorando el tono de la piel. Mejora las cicatrices dejadas por el acné y también las alopecias.
El número de sesiones necesarias y la duración de las mismas, dependerá del problema a tratar y de la zona corporal, pero como media serán sesiones sueltas de 20 o 30 minutos o en tratamientos cerrados de 10 sesiones.
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